En otro tiempo, el término "Piedra Preciosa" se empleaba para los diamantes, zafiros, esmeraldas y rubís. Todas las demás gemas se consideraban "semipreciosas" o "piedras finas," como las aguamarinas, ágatas, lapislázulis, venturinas, cornalinas, cuarzos, ojo de tigre, jaspe, onix...
Las piedras preciosas y semipreciosas son, principalmente minerales, aunque algunas como el ámbar son orgánicos.
El coste y valor depende del la dureza, rareza y belleza (pureza, transparencia, color y brillo)
Rareza: Depende de la dificultad de encontrarla y por lo tanto su escasez.
Dureza: Su dureza va relacionado con su durabilidad.
Belleza: Cuanto más pura sea la piedra, más radiante sea su color y menos imperfecciones tenga,
más valiosa es.
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